Organizando un viaje

Cracovia se trata de uno de las ciudades más visitadas de Polonia. La idea de viajar a esta ciudad no fue premeditada, sino que fue por azar. ¿a donde vamos esta semana santa? a Cracovia. Pues vale. Así elegimos el destino.

Una vez, elegido el destino, nos ponemos como en ocasiones anteriores a buscar información sobre nuestro próximo destino. Para ello recurrimos a los ya famosos foros de viajes, losviajeros y Lonelyplanet, donde se puede encontrar casi de todo. En nuestra búsqueda de información de Cracovia, hemos tenido alguna dificultad, porque pese a ser una ciudad muy visitada, tampoco hay tanta información en la red sobre ella. Pero con lo encontrado, hemos desarrollado una gran planificación para disfrutar lo máximo de esta ciudad.
Algo que solemos hacer cuando elegimos nuestro destino y que recomiendo a todo el mundo, es buscar fotos del destino elegido en flickr, un gran portal fotográfico.

El siguiente paso que nos queda, es buscar el vuelo. Como en ocasiones anteriores, hemos recurrido a un clásico en la ayuda de la búsqueda de vuelos, skyscanner. En esta ocasión, volaremos con la compañía nacional LOT en nuestro viaje de ida, y con Lufthansa en nuestro viaje de vuelta. Pero por supuesto, existen otras alternativas para viajar a Cracovia, como son el tren y el autobús, pero nosotros hemos preferido elegir la más rápida.

Nuestra llegada al aeropuerto de Cracovia, Juan Pablo II, será a última hora de la tarde. Para ir del aeropuerto a la ciudad podemos usar distintos medios de transportes. El taxi, que nosotros descartamos por su precio. Otra de las opciones es en bus público, una opción barata, pero que también descartamos por la hora a la que llegamos a Cracovia, y sobre todo por la hora de salida, las 6.00 a.m.  Nuestra opción finalmente ha sido reservar un transfer privado con Suntransfer, una opción intermedia en cuanto a precio, ya que es algo más caro que un bus, y más barato que un taxi, pero con un servicio similar al taxi, ya que el servicio incluye traslado aeropuerto - hotel - aeropuerto. No es la primera vez que usamos este tipo de servicio, y siempre nos ha resultado satisfactorio.

Cracovia dispone de una gran oferta hotelera. Una buena opción, muy utilizada para alojarse son los apartamentos, que si se viaja en grupo, es una alternativa buena y a buen precio. Pese a estar muy tentados en esta opción finalmente nos declinamos por la habitual en nosotros, un hostal. En esta ocasión usamos el buscador Booking, para reservar nuestro hostal, aunque también estuvimos usando el buscador hostelworld. Los precios son varios, esto es una obviedad, pero reservar un hostal en la parte histórica no sale tan caro como podría parecer. Nosotros nos hemos decidido por reservar el Brama hostel con una gran ubicación.

Algo imprescindible que nunca puede faltar en un viaje, es una buena guía. Nosotros nos decantamos por la guía de Lonely Planet. Aquí hemos tenido algún que otro problema, ya que tampoco existen muchas guías sobre Cracovia. O mejor dicho, solamente de Cracovia, porque sí que se pueden encontrar guías sobre Polonia o sobre Varsovia -  Cracovia. Así que tras mucho sondear el mercado, nos decantamos por una guía en inglés.

Con todo esto listo, ya solo nos queda que llegue el día de partida y disfrutar de esta ciudad. Algo que seguramente haremos.

Tres días antes de partir hacía Cracovia, decidimos enviar un mail al hostal para confirmar la reserva, y un rato después recibimos un desagradable e inesperado mail. El alojamiento estará cerrado durante la semana santa y no podremos alojarnos en el. Que!!! ¿a tres días de salir hacía Cracovia y no habéis tenido tiempo antes de avisarnos? teniendo en cuenta que la reserva está confirmada desde finales de Enero..
A todo correr buscamos otro emplazamiento donde alojarnos. Como ya os podéis imaginar en las fechas en las que nos estábamos moviendo la oferta ya no era tan variada ni tan barata, pero buscando con algo de suerte encontramos un hotel perfectamente situado por tan solo 30 euros más caro. Eso sí sin desayuno. El Hotel Wyspiański, resultó ser una grandísima elección. Como detalle, todos los días te ponen dos botellines de agua en la habitación. Eso que ahorras. Buena ubicación y una gran atención.

Así que nuestro consejo es el siguiente; para una ubicación extraordinaria y un servicio lamentablemente pésimo, elegir los impresentables de Hostel Brama. Para una ubicación buenisima y un servicio bueno hacer como nosotros El Hotel Wyspiański, no tendréis sorpresas.

Cracovia. 3 abril 2015

Hoy comenzamos a tomarle el pulso a la ciudad de Cracovia, esperemos que todo vaya mejor que nuestro inicio, porque no ha podido ser más acojonador. El hostal nos avisa con una antelación de tres días que no estará abierto y que no tenemos donde dormir, y el chofer que nos tenía que recoger a nuestra llegada al aeropuerto llega tarde a la cita....madre mía que miedo.

Hemos decidido desayunar en alguna cafetería de la ciudad en lugar de hacerlo en el hotel, y nos ha costado un poco dar con una. Cracovia es una ciudad que no madruga, es complicado encontrar  establecimientos abiertos antes de las 9.30 horas. Tras estar un rato en busca de algún lugar donde tomar un café, finamente damos con una pastelería cercana a Wawel hill, en el inicio del barrio judío o Kazimierz en polaco.

El desayuno no se puede decir que no haya sido dulce, los bollos y pasteles son enormes con kilos de azúcar. Pero tienen una pinta....con dos cafés y dos bollos hemos comenzado el día.

Lo primero que hoy hemos decidido hacer es visitar el castillo más conocido como Wawel hill. A la hora de visitar este monumento hay que tener en cuenta que tanto los sábados como los domingos está cerrado.
Wawel hill


Cuando visitamos Wawel tenemos que saber que no pagas una entrada y ya está, a visitar. No. El castillo tiene distintas partes para ver, y tu pagas en función de lo que te interesa ver. En nuestro caso pagamos por ver: los apartamentos privados, el palacio real y la cueva del dragón. El precio de la entrada fue 92PLN, 23 euros aproximadamente.

Los apartamentos reales únicamente se pueden ver con un guía y debe ser en Polaco o Inglés.

Este castillo es un símbolo de la nación de Polonia. Situado en una colina del mismo nombre es el edificio más importante de todo el país. Aquí puedes visitar la catedral  de San Wenceslao de forma gratuita. Esta catedral está considerada como el edificio espiritual del país.  



La visita a la cueva del dragón es un poco decepcionante. Este es el lugar donde se cree que vivía el dragón de wawel. Cuenta la leyenda que había un dragón que se comía a los ciudadanos de Cracovia. Nadie sabía qué hacer para matarlo hasta que un día un zapatero decidió matar un cordero, vaciarlo y llenarlo de azufre. Cuando el dragón lo comió, le entró una sed terrible que le hizo beberse todo el río Vístula hasta que explotó. Únicamente ves un túnel de 270 m, y  a la salida del mismo una estatua del dragón. La visita no es cara, pero se puede prescindir de ella, e ir directamente a ver la estatua paseando por las murallas. Esto es gratis.

El palacio real sí es una gran visita. Este palacio fue morada de reyes y presidentes del país y aunque está parcialmente reconstruido por culpa de diversos incendios, es una de esas visitas que nos gusta hacer, por su valor histórico y su interesante arquitectura. Como decimos, altamente recomendable la visita. A nosotros más o menos nos costó una hora visitar todas las estancias con calma.

la visita a los apartamentos reales es una gran opción pese a no saber inglés ni polaco, ya que a la entrada te dejan un libro en español para que puedas seguir las explicaciones que da la guía. A nosotros nos encantó la visita, donde puedes ver, además de las habitaciones privadas de los reyes, importantes tapices, valiosísimas colecciones de porcelana y de muebles. Ha valido la pena hacerla. Esta parte del castillo más o menos os llevará 40 minutos el recorrerla.

Nos quedamos con las ganas de visitar la torre, pero estaba cerrada, así que ya hemos dejado algo por ver para nuestra próxima visita a Cracovia.

Finalmente entre una visita y otra, pasas en el castillo prácticamente toda la mañana, algo con lo que hay que contar para traerse algo de beber y de comer, aunque a nosotros con el frío que hace, lo único que nos apetece beber es un chocolate bien caliente.

Ruta Real
La primera parte de la tarde, hemos decidido pasarla en la parte histórica de la ciudad, o como aquí le llaman el Old Town. Situado a poco más de 5 minutos andando, la antigua capital de Polonia, tiene la mayor plaza de mercado de toda Europa. En la edad media, casi con toda seguridad esta plaza era el centro de Europa. En la actualidad figura en la lista de la Unesco. La parte antigua es muy chiquitita pero tiene un encanto embriagador.

Empezamos nuestro recorrido por la calle Grodzka, dirección a la plaza del mercado. Esta calle va directamente hasta el barbican y en la edad media se conocía como la ruta real.

Lo primero que hemos visitado ha sido la Iglesia de San Pedro y San Pablo. Esta iglesia jesuita data de 1600, esta llamativa iglesia de estilo renacentista vale más por su exterior que por su interior bastante renovado. Aunque esto último tampoco lo podemos atestiguar, ya que estaba cerrada, cosas de la espiritualidad de la semana santa.

Continuando nuestro camino, decidimos ir mirando ya lugares donde comer, ya que se nos ha echado encima la hora, y aquí al igual que en casi toda Europa comen pronto. No hemos tardado mucho en decidirnos, de hecho, algo raro en nosotros hemos entrado en el primer restaurante que hemos visto. Nos ha llamado bastante la atención su carta, sus precios y la cantidad de gente que entraba. Y donde entra mucha gente es porque dan bien de comer. El restaurante merece la pena ser nombrado, Miod Malina, buen ambiente, buena comida e importante buen precio. 

Basílica Santa María
Esta ha sido nuestra introducción a la gastronomía polaca, y la verdad no podía haber sido mejor. Para empezar, teniendo en cuenta el frío que hace, hemos pedido dos sopas. Una de ella de pollo con fideos caseros y verduritas, y la otra de remolacha con raviolis de carne, para continuar un pastel de carne con capas de patatas panaderas y salsa de carne que quitaba todas las penas, y unos saquitos de col rellenos de arroz frito y carne guisada con salsa de tomate. Todo esto regado con cerveza del país, hemos pagado 96 PLN o lo que es lo mismo 24 euros. Nosotros hemos salido encantados, y lo que es más importante, con las pilas recargadas, porque madre mía que frío.

Nuestro camino continua hacia la plaza del mercado o como ellos la llaman Rynek, seguramente el punto más importante de la ciudad. Se trata de una plaza de 200 metros de largo por otros 200 metros de ancho, una barbaridad. Alrededor de la misma encontramos los edificios más importantes de la ciudad.

Mercado de los Paños
Justo en el centro de la plaza está el mercado de los Paños, uno de los edificios más conocidos de la ciudad. Se trata de un edificio de estilo renacentista con planta rectangular rodeado de arcadas y fue construido en el siglo XVI. El antiguo Mercado de los Paños era el lugar en el que se reunían los comerciantes que acudían a Cracovia para intercambiar mercancías . En la actualidad es una galería comercial, repleta de puestos de souvenirs y productos típicos.

En uno de los extremos de la plaza está la basílica de Santa María, famosa porque desde una de sus torres cada hora un trompetista toca hejnał mariacki, que se interrumpe a mitad de canción como sucedió cuando el trompetista recibió un flechazo avisando a la ciudad de la invasión mongola. Lo más importante de esta basílica es su retablo y su fantástico techo azul. Nuevamente esto es algo que no podemos atestiguar, ya que como esta mañana, aquí tampoco podemos entrar porque estaban en misa.



Al otro lado de la plaza, está la torre del ayuntamiento, del siglo XIV. De estilo gótico se puede subir hasta arriba, desde donde las vistas son preciosas. ¿Pero a que no os podéis imaginar que nos ocurrió? Sí, efectivamente estaba cerrada.

Pero donde sí pudimos entrar fue en la iglesia de San Adalberto. Es un templo pequeño, más interesante por su exterior, una mezcla de pre-romano románico, gótico, renacentista y barroco, que por su interior. Esta es la iglesia más antigua de Cracovia, data del siglo XI.

Después de pasar un buen rato por la plaza del mercado sacando fotos, y disfrutando de su mercado medieval hemos seguido por la calle Florianska hacía el Barbican y la Puerta Florianska.

Barbican
El Barbican es una estructura defensiva circular situada en la parte exterior de la antigua muralla, siendo uno de los accesos obligados para todos aquellos que quisiesen acceder a la antigua ciudad por la puerta de Florianska, una de las ocho que tenía la antigua muralla. Actualmente apenas quedan algunos restos de la antigua muralla, sustituida por cinturón verde conocido como planty.

La puerta Florianska es un pequeño tramo de murallas que queda en la actualidad. Se trata de una torre del siglo XIV, por donde se accedía a la ciudad. Previamente había que pasar por el Barbican.

La parte histórica de la ciudad, es un lugar evocador y con mucho encanto, pero es muy pequeña, con lo que en unas pocas horas la puedes ver tranquilamente. Y teniendo en cuenta que muchos de los lugares estaban cerrados por semana santa, no nos ha llevado más de media tarde visitarla. Así que sobre las 17 horas tomamos la decisión de acercarnos hacia el barrio judío, también conocido como Kazimierz, pero antes de ello, paramos en una cafetería a tomarnos un café caliente con un trozo enorme de tarta. El frío nos persigue muy de cerca, y no es buen compañero.

Puerta Florianska
Este barrio judío no ha perdido su aíre decadente de finales de la segunda guerra mundial, donde la gente era perseguida por su condición de judío. Pese a que es un barrio mucho más animado que el barrio judío de Budapest, sigue teniendo algo que le hace ser un barrio triste, gris. Supongo que será por su pasado turbulento.

Para guiarnos por este laberíntico barrio, tiramos del mapa de nuestra guía que nos ha llevado hasta los monumentos más emblemáticos de este barrio. El primer sitio al que llegamos fue al museo Etnográfico, antiguo ayuntamiento de Kazimierz, cuando en lugar de barrio era un pueblo independiente de Cracovia.
Decidimos no entrar, ya que tampoco nos atrae demasiado, y preferimos sumergirnos en la historia de barrio visitando sus calles y sus sinagogas. Atrae mucho más. 

En una de las esquinas de la plaza Wolnica está la iglesia Corpus Cristi. Este edificio de ladrillos rojos de estilo barroco es una de las iglesias más grandes de Cracovia y la primera en el barrio de Kazimierz. Lo más destacado es el retablo y el púlpito en forma de barca. Merece la pena pararse un rato a visitarla. Siempre está llena de gente orando.

Continuamos nuestro camino por las calles del barrio  hacia la Gran Sinagoga, la tercera sinagoga más antigua de Cracovia. Pero al llegar, nos encontramos con que está cerrada y no podemos verla, nos quedamos con las ganas. No es una sinagoga sencilla de encontrar, ya que exteriormente parece un simple edificio, pero la reconoceréis por su oscura fachada, y por la librería que hay en sus bajos.

En nuestro empeño por seguir descubriendo este barrio, proseguimos con nuestro paseo, directos hacia la sinagoga de Isaac, que nos ha costado encontrar. Hemos tenido un momento de desconcierto, no nos hemos entendido con nuestro mapa, y este nos ha jugado una mala pasada. Finalmente damos con esta pequeña sinagoga de estilo barroco judaico en la que tampoco podemos entrar. Esta sinagoga fue regalada por un judío rico Izaak Jakubowicz a la ciudad de Cracovia. 

Empezamos a pensar que viajar a Cracovia en semana santa no es una gran idea ya que están la mayoría de los monumentos históricos cerrados. Será algo incómodo con lo que tendremos que lidiar, seguramente no será el último edificio que encontremos cerrado.
La sinagoga está en una pequeña plaza, muy animada, llena de restaurantes de gastronomía judía y bares de moda. Un lugar entretenido, sin duda.

En un extremo de esta plaza está la sinagoga vieja. En la actualidad es la sinagoga más antigua de Polonia, y uno de los monumentos históricos y culturales más importantes de Europa, un referente en la cultura judía, que por desgracia cerraba a las 17 horas de la tarde, con lo que nos tuvimos que conformar con verla por afuera, que decepciona bastante. En un alarde de valentía, desesperado por ver una sinagoga en Cracovia, acordamos volver mañana antes de las 17 horas para verla.

Visto que hoy no es el día de las visitas y que se va acercando la hora de buscar un lugar donde cenar, ponemos rumbo al barrio histórico. Pero en nuestro camino damos con la sinagoga Temple, que oh sorpresa !!! está abierta. Sin pensarlo más, nos tiramos como locos a su interior, pero desgraciadamente somos placados por una mujer en el umbral de la puerta que nos impide el paso a su interior. Aún no sabemos muy bien por qué, pero entendimos algo así como que estaban oficiando. Menudo chasco. Y eso que esta sinagoga, la más nueva de la ciudad, fue creada por los judíos progresistas.

A medio camino entre Kazimier y Old town está situado nuestro hotel, así que antes de buscar un lugar donde disfrutar de una buena cena, pasamos por él para dejar las mochilas e informarnos en recepción sobre el lugar donde mañana debemos coger el autobús para ir a Auschwitz.

Para no correr ningún riesgo mañana, antes de ir a cenar, preferimos buscar la estación de autobuses para tener todo controlado. La estación no estaba muy lejos del hotel, más menos a 10 minutos andando. Ha sido bastante fácil dar con ella. Así que mañana no tendremos que madrugar tanto. Mejor.

De camino al barrio histórico encontramos las Galerías Krakowska, unos grandes almacenes muy conocidos en Cracovia, donde aprovechamos para comprar unas mallas. Hoy ha hecho un frío que pela, incluso nos ha nevado, y teniendo en cuenta que mañana pasaremos prácticamente todo el día al aíre libre nos vendrá bien este complemento debajo de los vaqueros. ¿Como serán aquí los inviernos? dios!!!

No perdemos demasiado el tiempo en busca de un restaurante donde poder cenar, en la misma plaza del mercado encontramos un lugar que por su carta nos atrae, así que para adentro.

Para calmar nuestro apetito, escogemos unos pinchos morunos de pollo y cerdo acompañados de tres salsas diferentes, y acompañado de unas "tortitas de queso" acompañadas de una salsa de frutas del bosque. El postre, un trozo de tarta de queso regado de un par de chupitos de vodka, bebida nacional de Polonia.


Antes de ir al hotel, hemos hecho una parada en un pub que nos pillaba de camino. Para despedir un día como este nada mejor que un par de cervezas, con un par de chupitos de vodka, en este caso sabor a nuez. 

Cracovia - Auschwitz - Birkenau. 4 abril 2015

A diferencia de ayer, hoy hemos tenido que madrugar, para las 6.30  ya estábamos funcionando. En parte porque tenemos hora y media de viaje hasta Oswiecim, o lo que es lo mismo 70 km, y en parte porque nos hemos equivocado de hora. Pensábamos que teníamos la visita concertada para las 10 de la mañana y la teníamos a las 12.15...un pequeño despiste. Bueno, como no hay mal que por bien no venga, así tenemos más tiempo para liarnos unos sándwich de queso, que serán nuestra comida hoy.

De camino a la estación de autobuses hemos parado a desayunar. Ha sido un poco difícil pedir un par de cafés americanos, un donuts y un súper bollo, hipocalórico. Hemos debido entrar en la única cafetería de todo Cracovia donde no hablan inglés. Gracias a que una clienta nos ha echado una mano con la traducción, de lo contrario terminamos desayunando una coca cola, que desastre de inicio de día.

Al terminar nuestro desayuno, hemos ido directos a las taquillas de la estación de autobuses, ayer estuvimos mirando en internet y no quedaban muchos billetes. Encontrar la estación de autobuses no es difícil, está justamente después de la estación de tren  Kraków Główny, pero como vas por un paso subterráneo, es conveniente fijarse bien en las señales.

Abeit macht frei
Para ir a Auschwitz desde Cracovia debes tomar el autobús que te lleva a la localidad de Oswiecim, y hay que bajarse en la parada del Oswiecim Muzeum. No tiene perdida, porque es donde se bajará la mayor parte del autobús. Los dos billetes nos han costado 14PLN aproximadamente 3,5 euros, pero solamente se puede coger el trayecto de ida. La vuelta la tienes que coger allí en el mismo autobús.

En nuestro caso, el bus salió del andén G2, aunque en ocasiones salen desde el G1. Un consejo. Hay que estar listos con la cola, porque se venden más billetes que asientos tiene el autobús, y nosotros vimos como tres españoles se quedaban en la estación con los billetes comprados.

Auschwitz I 
La llegada a Auschwitz es un poco caótica. Al bajar del autobús, ves un montón de gente por todos los sitios, autobuses, minivans, coches...te vuelves un poco loco. Justamente enfrente de la parada del autobús, se ve una enorme cola desordenada de gente. Esta cola es solamente para la gente que no tiene la entrada al recinto. Nosotros la llevábamos ya desde España. La única manera de ver el campo de concentración es en grupo y con guía. Prácticamente todos los grupos que hay son en inglés o polaco, pero hay dos al día en castellano. Dada la gran cantidad de españoles que visitan Cracovia, yo aconsejaría coger la entrada antes de llegar a Cracovia. El precio de la entrada nos ha resultado barata para tratarse de un museo y una visita guiada, 35 PLN (8,75euros).

Auschwitz I
Antes de entrar al complejo, se debe pasar por una pequeña caseta situada a la izquierda de la cola para dejar las mochilas y bolsos. No os dejarán pasar nada que tenga un tamaño superior a un folio A4, y esto aunque parezca absurdo es completamente verídico, te ponen un folio encima de la mochila, y si esta sobresale del mismo te echan para atrás, así que para no perder el tiempo conviene pasar previamente. Dejar la mochila es gratis.

Una vez dejadas las mochilas, vais directamente al inicio de la cola, y al responsable que esté allí le enseñáis la entrada y hala, para adentro. Así sin más, la gente os mirará raro, sobre todo si llevan tiempo esperando, pero es cómo funcionan. Una vez adentro, por 5PLN (1euro) debes alquilar unos auriculares.

Una vez dentro, lo primero que hemos hecho es ir a la sala de cine para ver un documental sobre cómo era la vida es el campo. Son fotos y vídeos de unos 15 minutos realizados por los propios soldados alemanes, es un poco duro pero ayuda a situarse.
Auschwitz I

Para no perder mucho tiempo, y mientras esperamos la hora de nuestra visita, aprovechamos para comernos los sándwich de queso que compramos ayer en un supermercado en el old town. 

Construido en 1940 para albergar a los prisioneros políticos polacos que ya no cabían en las cárceles, Auschwitz I fue el campo de concentración original y el centro administrativo del complejo que se construyó posteriormente.

Los primeros en llegar al campo fueron los prisioneros políticos del ejército polaco, pero no tardaron en seguirles miembros de la resistencia, intelectuales, homosexuales, gitanos y judíos.
Halt ! Stoj!

Nada más atravesar la puerta de entrada a Auschwitz I, los recién llegados se encontraban con la enorme inscripción "Arbeit macht frei" el trabajo hace libre, algo que hacía pensar a los prisioneros que en algún momento iban a lograr salir del campo.Además de los barracones en los que se hacinaban los prisioneros, el campo estaba dividido en diferentes bloques entre los que destacaba el número 11, conocido como "el bloque de la muerte". Era el lugar en el que se aplicaban los castigos, consistentes en encierros en celdas minúsculas de 20x20 en las que se dejaba a los prisioneros morir de hambre, o bien eran ejecutados o colgados.

A lo largo de los diferentes bloques del campo se pueden ver exposiciones en las que se muestran las condiciones en las que malvivían los prisioneros en los barracones, además de una pequeña parte de la inmensa colección de los objetos que fueron robados a los prisioneros antes de asesinarlos. Botas, maletas, gafas, ollas…incluso pelo, que era vendido para la fabricación de telas que en ocasiones los nazis llevaban en sus abrigos. 

Birkenau

En los pasillosde los barracones verás interminables filas de fotos de prisioneros que que estuvieron en Auschwitz. Y también podrás ver la pared utilizada para los fusilamientos, conocida como el Muro de la Muerte, las salas donde se gaseaban a los prisioneros. Aunque no se trata de una excursión divertida, resulta una visita realmente impresionante, e imprescindible para conocer una de las partes más trágicas e importantes de la historia del siglo XX.

La visita a la primera parte del complejo Auschwitz I duro aproximadamente 2 horas. Posteriormente visitamos las instalaciones de Auschwitz II Birkenau. El emplazamiento del campo Auschwitz II – Birkenau se encuentra a solo tres kilómetros de Auschwitz. Para desplazarnos entre un campo y el otro, utilizamos el autobús de línea y gratuito, que une ambos campos, la parada de este autobús está en el mismo sitio donde nos ha dejado el autobús que nos ha traído desde Cracovia. 

Birkenau
Este complejo fué construido en 1941 para ampliar la capacidad del original campo de Auschwitz, que no permitía concentrar más de 20.000 prisioneros. En Birkenau, en el año 1944, llegaron a concentrarse 90.000 prisioneros

Contrariamente al campo de Auschwitz, que se encuentra en una zona boscosa y todos los edificios mantienen su estructura original, cuando llegamos a Auschwitz II Birkenau nos encontramos ante un gran descampado, que originalmente era un terreno pantanoso. 

Este campo es mucho menos visitado que el de Auschwitz I, sede del museo, el cual cuando lo visitamos nosotros, estaba completamente lleno de turistas.
En Birkenau había muy pocos visitantes, no sabemos sí por que resulta menos interesante, es menos famoso, o por la borrasca de nieve que nos calló durante la visita. Ver en esas condiciones el campo no resulta muy cómodo, pero desde luego resulta mucho más impactante. Creo que será una excursión que recordaremos eternamente, y que aunque sea más incómodo por la nieve, creo que ha sido más interesante hacerla así que con sol y buen tiempo. Eso sí, la cámara de fotos no pensará lo mismo.

Birkenau
El campo de Auschwitz II Birkenau ocupa una enorme extensión de casi 200 hectáreas. Aparte del edificio de la entrada, originalmente había más de 300 barracones de madera, de los cuales quedan muy pocos en pié. Cuando los nazis abandonaron el campo de exterminio los incendiaron, por lo que nos encontramos con unas impresionantes filas de chimeneas de ladrillo, las cuales se han mantenido en pié en los lugares originales de los barracones, las enormes letrinas y los restos de los hornos crematorios y las cámaras de gas que los nazis trataron de destruir antes de su precipitada huida.

Tras pasar una hora en Birkenau, volvemos al centro de visitantes, para coger el autobús que nos llevará de vuelta a Cracovia. Confiemos en que no tarde mucho, porque con la nevada que está cayendo y el frío que hace, nos cogemos una pulmonía.

El bus de vuelta a Cracovia, se coge en la misma parada que el que te lleva a Birkenau, justamente delante de la caseta del bar. Los billetes de vuelta los hemos compramos al propio chofer. Viendo la cantidad de gente que hay por el campo pensábamos que tendríamos que hacer más cola, pero el bus a llegado justo a la vez que nosotros de Birkenau. Así que nos pegamos una carrera en busca de nuestras mochilas que las tenemos en consigna, y vuelta a Cracovia. En el bus, aprovechamos para comemos el otro sándwich de queso que hemos preparado esta mañana y que habíamos dejado en la mochila. La de hoy no ha sido una gran comida, pero nos ha quitado el hambre y nos ha salido más barata.

A nuestra llegada a Cracovia, tomamos la decisión de pasar primero por el hotel, para cambiarnos y darnos una ducha caliente, que hemos pasado frío y el cuerpo nos lo agradecerá.

Con las pilas ya recargadas, y sin ninguna prisa, vamos a la plaza del mercado, que está bastante animada con su mercadillo, a tomarnos un café con un trozo de tarta. Hemos debido de entrar en el lugar más caro de todo Polonia, porque hemos pagado por dos cappuccino y un trozo de tarta 19 PLN casi 5 euros. La tarta estaba estupenda eso sí, pero cara.

El resto de la tarde, la hemos dedicado a pasear por la parte antigua de Cracovia y a marujear un poco por el mercadillo artesanal que hay en el centro de la plaza, donde puedes comer, beber, comprar productos típicos y souvenirs.

A la hora de la cena, nos hemos alejado un poco de la plaza, y hemos encontrado un italiano que tiene una pinta agradable. Unos Gnochis al gorgonzola con pera y unos tagliatelle con salchichas y queso grana padana en salsa de tomate con un par de cervezas han alegrado nuestro cuerpo. 
Los Gnochis estaban de escándalo. Muy rica la cena, y por 19.50 euros es decir 80 PLN. A nosotros nos está pareciendo barato comer en Cracovia. Además de que dan buena calidad y muy buena cantidad, porque con un plato cada uno, hacemos en la mayoría de las ocasiones. Eso sí, ojo al café que es a precio España y para tomar uno bueno tienes que pedir un espresso o en nuestro caso un espresso macchiato, vamos el cortado de toda la vida pero por el que pagas 7 PLN o lo que serían 1.75 eurakos !!

Para despedir este día intenso y triste, pero del que hemos aprendido mucho, vamos a un local de Jazz en directo que está en la plaza del mercado. Cracovia es una ciudad donde abundan los locales de música en directo y sobre todo de jazz. Es una ciudad con mucha actividad cultural. Nosotros hemos preferido ir al Harris Piano Jazz Club, puesto que hemos leído muchas críticas acerca de él, y todo el mundo habla bien de él. La entrada nos ha costado 20 PLN, 5 euros por los dos. Hemos disfrutado con una pinta, de un concierto de un Cuarteto Polaco llamado Ida zalewski quartet, aunque cantando en inglés. El local es pequeño y bastante oscuro, pero es muy agradable y la sonorización es lo suficientemente buena como para disfrutar sin problemas de un buen concierto.


Ha sido un gran broche para un día de sentimientos encontrados, entre la tristeza y pena del campo de concentración con el horror de lo sucedido, enfrentándose a la alegría de una grandes vacaciones y del placer de una buena cena. Pero, así es la historia.

Cracovia . 5 abril 2015

Nuestra primera intención era ir a las minas de sal de Wieliczka pero resulta que al ser Domingo de semana santa estaban cerradas. Vaya decepción. Ahora tendremos que cambiar nuestros planes.

Hemos decidido no madrugar en exceso, ya que finalmente nos quedaremos en Cracovia. Con lo que a las 8.30 nos hemos puesto en marcha. Lo que hemos podido comprobar a lo largo de todos estos días, es que Cracovia no madruga. Aquí no abren ningún establecimiento antes de las 10.00. Da lo mismo que sea entre semana o fin de semana. Es sorprendente, al tratarse de una ciudad tan turística. Así que hemos tenido problemas para encontrar una cafetería donde desayunar. Después de estar dando mil vueltas en busca de una que estuviese abierta, no nos ha quedado más remedio que entrar en un Mc Donald´s café. En fin, la dura vida del turista. Dos americanos con leche un donuts y una tarta de manzana, serán hoy nuestra primera comida del día.

Hoy nos dejaremos llevar por la ciudad, sin prisas, sin guías, sin recorridos, solo a donde nos lleven nuestros pasos y nuestras ganas. Así es como realmente se disfruta una ciudad. Seguramente no se verá tanto monumento, pero se vive la intensidad de la ciudad. Y hoy, nos toca ver como despierta Cracovia.

Collegium Maius
Lo primero que hemos visto ha sido el Collegium Maius, en el Old Town, se trata de el edificio universitario más antiguo de Polonia. En la actualidad alberga un museo. Cuentan las guías turísticas que su interior merece una visita. Nosotros nos tenemos que conformar con ver su exterior, ya que estaba cerrado.

Con posterioridad, hemos seguido dando un tranquilo paseo por el Old Town viendo como se pone en marcha. Lástima que el tiempo no acompaña, porque a estas horas ya hace un frío que pela. Al menos de momento no nieva, aunque será el primer día que no nieva.
Hemos pasado parte de la mañana en la plaza del mercado, donde más gente se mueve en esta ciudad.


Poco a poco hemos dirigido nuestros pasos hacia Kazimierz, donde nos han quedado alguna cosilla por ver. Hemos intentado  entrar en alguna de las sinagogas, pero nuevamente nos hemos encontrado con la puerta cerrada. Si durante la semana santa es difícil entrar, un Domingo podemos decir que imposible. Así que hemos decidido visitar una de las librerías más reconocidas de Cracovia, respecto a literatura judía. Aquí hemos podido comprar un libro de fotos de Cracovia. Un recuerdo que nunca puede faltar en nuestros viajes. Nos gusta hacer fotos, y somos de hacer muchas, pero buenas pocas. Así que de esta manera nos aseguramos que al llegar a casa tendremos unas grandes fotos de los lugares que visitamos.

También nos hacemos con un libro sobre la historia de Auschwitz en Castellano, y con un CD de música de un grupo judío, que está sonando en la tienda y nos ha gustado. Nos valdrá para el vídeo que haremos a nuestra vuelta con las fotos.

Desde la sinagoga vieja, hemos puesto dirección hacía la fábrica de Schindler, pero nos hemos equivocado de dirección y hemos aparecido en el Nuevo cementerio judío, así que hemos aprovechado que estábamos aquí para visitarlo. Desde afuera por supuesto, es Domingo de Pascua y está cerrado.

Pharmacy under the eagle
Ahora ya sí, bien situados en el mapa, ponemos rumbo a la famosa fábrica situada en el barrio de Podgórze, aunque primero llegamos a la farmacia del Águila, que aunque menos conocida que la fábrica  de Schindler tuvo un papel importante en el gueto. Este era un sitio donde los judíos podía encontrar ayuda por parte del dueño, el único habitante no judío del gueto. En la actualidad es una exposición permanente sobre lo que sucedió en esos oscuros días. Nosotros no entramos a verla, ya que tampoco parece ser de gran interés.

La farmacia está ubicada en la plaza Bohaterów getta "héroes del gueto". Este era el lugar desde donde salían los trenes llenos de judíos hacia distintos campos de concentración. Debido a las muchas horas que podían estar en este lugar, los judíos llevaban sus propias sillas para no estar de pie cargando con su equipaje. Debido a esto, la plaza se ha convertido en un memorial, repartiendo sillas vacías por toda la plaza. Un memorial que pone los pelos de punta.

Desde este punto triste de la historia de Cracovia, hemos puesto rumbo a la famosa fábrica de Schindler. Famosa a nivel mundial, gracias a la película "la lista de Schindler". Oskar Schindler, hombre de negocios y afiliado al partido nazi, que contrató, inicialmente, 350 judíos del campo de concentración de Plaszow, que consiguió mediante un pago al comandante del campo, el capitán Goetz. 
Fábrica Oskar Schindle.
Los operarios eran trasladados nuevamente al campo de concentración después de la jornada laboral. 
A través de sus conversaciones con sus obreros, Schindler comenzó a saber de las penurias que pasaban, y vislumbró los planes de exterminio de los alemanes, camuflados bajo el eufemismo de "reinstalación". A esto se sumó el exterminio de los judíos del Gueto de Cracovia, en 1943. 
Schindler cambió, entonces, su actitud, y comenzó a buscar el modo de salvar a tantos judíos del campo Plaszow como le fuera posible, con ayuda de su esposa Emilie y su contador, Itzhak Stern. Schindler acordó con Goetz el pago de una suma de dinero por cada persona que sacaba del campo de concentración. 
Para poder salvar a más prisioneros, amplió la fábrica y comenzó a fabricar municiones para el ejército alemán. Muchas de estas municiones salían con "defectos de fábrica", por órdenes del mismo Schindler.
Al finalizar la guerra, Schindler había logrado salvar más de 1200 judíos, a costa de invertir todo su dinero en la operación de rescate. 

En la actualidad la fábrica alberga una exposición no demasiado buena. O al menos eso es lo que hemos podido leer, ya que cuando nosotros hemos ido, estaba cerrada. Si ya sé que no os podéis imaginar que algo estuviese cerrado, pero así ha sido. Esta fábrica es uno de los lugares más visitados de toda Cracovia.


Tras sacar unas cuantas fotos a la fábrica, nuevamente nos dirigimos al Old town en busca de un lugar donde comer. Cracovia es una ciudad cómoda para andar, ya que las distancias no son grandes y es completamente llana. Así que la vuelta la hacemos también andando. Durante el camino nos ha vuelto a nevar. Esto comienza a ser ya costumbre. Frio sigue haciendo mucho, pero da la sensación de que nos estamos acostumbrando. 

Ya en la parte histórica de Cracovia, cerca de la plaza del mercado, buscamos un lugar donde comer. Ayer vimos un restaurante que nos llamo bastante la atención su carta, así que hoy iremos allí a comer. Se trata de un restaurante algo más caro que los otros, pero donde la comida tiene una pinta increíble. El Cznarna Kagzka "the black duck" es un restaurante de comida tradicional polaca, donde además nos ha atendido un tipo interesante que hablaba castellano bastante bien.

De picar unas empanadillas de pato con salsa picante, de primero y para compartir, medio pato asado al estilo polaco con salsa de champiñones, después carne de cerdo guisada con berza agridulce, servida dentro de una hogaza pequeña de pan. Para beber, dos jarras de medio litro de cerveza caliente condimentada con clavo. Que os voy a decir de esta comida. Cualquier calificativo se quedaría corto. Solamente diré que ha sido la mejor comida de todas las vacaciones. Y lo mejor ha sido el precio, que pese a ser la comida más cara hemos pagado 30 euros. ¿No está mal eh?

Para bajar la comida, que ha sido copiosa, pasamos parte de la tarde dando una vuelta por el mercadillo que hay en la plaza del mercado y paseando tranquilamente por la parte Antigua de Cracovia.

Hemos estado paseando alrededor de las antiguas murallas, sin la ansiedad de tener que ver algo concreto por que se nos acaba el tiempo. Pese a que hoy es nuestro último día en Cracovia, hemos visto prácticamente toda la ciudad, y nos llevamos un montón de recuerdos de los monumentos más importantes de esta ciudad.

Una de las pocas cosas que nos quedan por hacer, es entrar en la Basílica Mariacka, así que lo intentamos hoy. A ver si tenemos suerte y está abierta. Al llegar nos encontramos con dos sorpresas. La primera es que sí, está abierta. La segunda que pese a estar abierta, en la entrada hay un cartelón que dice: lugar de oración. Prohibida la entrada a turistas y prohibido fotografiar.

Basílica Mariacka

Después de pensarlo durante un rato, decidimos que las normas están para romperse. Así que metemos la cámara en la mochila y entramos en la basílica. Menos mal que ponía que estaba prohibida la entrada a los turistas, porque creo que de todos los que estábamos dentro no era de Cracovia ni el cura. Y lo de las fotos, pues imaginaros la escena, todo el mundo iba con una cámara en la mano. Vamos, que el "yo no sé inglés, soy de Murcia" funciona en todo el mundo. Mejor que quiten el cartel, porque total, solo está para coger polvo. 


El frío empieza a ser importante, es increíble como refresca en esta ciudad por las noches. Y teniendo en cuenta que empieza a ser la hora de cenar y que mañana tenemos que madrugar para coger el avión, iniciamos nuestra búsqueda de restaurante donde tomar nuestra ultima cena polaca.

Finalmente, decidimos cenar en el mismo grill donde cenamos el segundo día. Pero hoy probaremos las famosas salchichas polacas. Viva el colesterol. La cena consiste en unas patatas asadas con salsa de ajo, y una tabla de tres tipos diferentes de salchichas. Dos son unas salchichas blancas, otras dos pese a que ellos les llaman salchichas aunque es algo muy parecido al chorizo, muy fuerte de sabor., y las otras dos son unas morcillas de arroz, iguales que las que se comen en España, aunque algo más blandas.  No hemos podido acabarnos la tabla. Creo que pese a haber estado paseando toda la tarde, no he bajado aún la comida, y apenas tengo hambre.

Dzięki Kraków
Eso sí. Hemos despedido esta escapada a Cracovia, como se merece un gran viaje a una ciudad maltratada por la historia, pero que ha nosotros nos ha tratado de maravilla, con dos chupitos de Vodka.

ZDROWIE !!